Reconocerse perdido o en el fondo de algún oscuro momento, es el punto de envión de cualquier manifestación creadora de no sabemos qué. De algo. 

Creemos que en el mundo de la cocina y la gastronomía, como la vida misma, muchas veces nos sentimos perdidos o en un oscuro lugar al cual no sabemos cómo llegamos,  del cual estamos casi seguros que no queremos salir y no sabemos cómo continuar. 

Es justamente esa fuerza creadora, que existe en la cocina así como en la vida, la que trae un poco de luz. No sabemos muy bien qué decimos, pero algo así sentimos

Algo parecido nos pasó a la hora de crear Brote, no sabíamos bien que hacíamos pero estábamos seguros que esa fuerza creadora que nos impulsaba nos podía ayudar a traer más claridad a nuestra vida gastronómica. 

El poder repensarnos, debatirlo, charlar con colegas y otrxs, nos suponía un bálsamo a tanto desgaste, tantos años de encierro y silencio. 

Creemos en esa fuerza creadora tanto dentro de la cocina como fuera de ella. Ambas nos aclaran el panorama, nos ayudan ante “tanta cosa” a sentirnos mejor. A encontrar un rumbo que creíamos perdido. Brote para nosotros es eso.

Vamos a decir la verdad, no fue fácil lograrlo…después de mucho trabajo, horas de zoom  y conversaciones con la diseñadora Veronica Borsani imprimimos el primer número de Brote. Lo celebramos y presentamos con la complicidad del Centro de Estudios Fotógraficos (CEF) en el espacio WIP de la ciudad de Córdoba. Obviamente con comida, bebida, junto a invitados, amigxs y público que se acercó, compartió, se fue con la panza llena y su ejemplar de Brote #01. 

El primer número impreso de Brote es un trabajo que intenta ser una bocanada nueva en las diversas conversaciones alrededor de la comida, la alimentación y la gastronomía. 

Aprovechamos esta editorial, para dar las gracias el FNA por el apoyo desde el principio a nuestras ideas y visiones. También agradecemos a quienes no nos acompañaron en esta aventura, siguen invitados a sumarse a esta gran sobremesa.